sábado, 9 de marzo de 2013

Semanas.

Odio los días de lluvia. Odio la lluvia. Odio la gente que ama la lluvia. Odio esa sensación de humedad en todo el cuerpo. Esa mezcla de frío y calor. Odio tener las piernas caladas y los pies congelados. Ver todos los coches pasar desesperados, salpicando todo el agua de la carretera sin siquiera mirar si te va a empapar. Odio que caigan gotas por todas partes. Taparte por mil sitios y acabar como si no te hubieses tapado.
Sin embargo amo los momentos después de la lluvia.
Después de la tormenta viene la calma. Una calma de ambiente frío pero sin viento. Arropada por la chaqueta mientras camino por las calles solitarias de la ciudad. Cruzando un par de miradas por cada 200 metros. Mirando al cielo y respirando el aire que ha limpiado la lluvia. De repente siento paz.

Solos el aire, el frío y yo.


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